El cambio climático es una de las mayores amenazas para el desarrollo sostenible en todo el mundo y es consecuencia de las acciones insostenibles de la humanidad, que tienen implicaciones directas en la vida de las generaciones futuras.
El 22 de abril de 1970 es un día emblemático en el nacimiento del movimiento ambientalista moderno, cuando millones de norteamericanos tomaron las calles, los parques y los auditorios para manifestarse en defensa de un ambiente saludable y sustentable. Es por esto que se decidió designar esta fecha, 22 de abril, como el “Día Internacional de la Madre Tierra”.
Celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra para recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento, asumiendo además la responsabilidad colectiva de fomentar esta armonía con la naturaleza y la Madre Tierra, tal como se resalta en la Declaración de Río de 1992. Así también, las Naciones Unidas reconocen que la tierra y sus ecosistemas son el hogar de la humanidad y que para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras es necesario promover esta armonía.
Este día nos brinda la oportunidad de concienciar a todos los habitantes del planeta acerca de los problemas que afectan a la Tierra y a las diferentes formas de vida que en él se desarrollan. Tiene su importancia no sólo en el cuidado del medio ambiente, sino también, en el fomento del respeto hacia la naturaleza, la utilización correcta y adecuada de los recursos naturales, así como, en la promoción de un sinfín de pequeñas actividades que llevadas a cabo diariamente pueden mejorar nuestra relación con el planeta y la difusión de una educación ambiental.
¡Cuidemos nuestra casa!
