Editorial Hormiguero

La Divina Comedia

Es un poema épico alegórico que exalta el amor mientras expone tesis morales y políticas que resumen los valores espirituales de la época (siglo XIV). Fue escrita por el florentino Dante Alighieri (1265-1321), quien además de poseer una extraordinaria memoria, poseyó dotes para la música, canto y manejo de las armas. Enamorado desde niño y por  siempre de Beatriz (Bice),  su ideal ídolo casi divino que le negó el saludo y se casó con otro hombre, dejando a Dante en terrible dolor y desesperación, sobre todo después de su muerte. Ella es uno de los personajes principales de la obra que simboliza la fe, junto con el propio Dante, en su condición de representación de la condición humana y el poeta romano Virgilio, quien encarna la razón y la virtud.

Originalmente se llamó Comedia hasta que  Giovanni Boccaccio recibió el encargo de escribir sobre la obra, llamándola Divina comedia tanto por su excelsitud a los ojos del primer biógrafo de Dante, como por tratar de asuntos no terrenales y evidenciar la centralidad de los valores cristianos.  La obra relata el viaje de Dante, a lo largo del cual encontrará su propia identidad, por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, guiado por Virgilio quien ha venido en nombre de Bice a conducirlo por un largo camino de redención que comienza en el Averno. Este viaje que realmente representa la vida humana, no sólo trata de la adquisición de experiencias, sino que además simboliza en cada una de las etapas, a cada uno de los pasos por los que transita el caminante: el Infierno dedicado a la política, comienza en la noche, equivale a la desesperación y dolor, según las culpas de quienes se encuentran allí por renunciar a Dios. Es concebido por  el poeta como una sima oscura y profunda en forma de cono invertido bajo la corteza terrestre; el Purgatorio es un canto sublime al amor puro que ensalza a Bice, concebido como una montaña escarpada en cuya cúspide verdea la frontera del paraíso, donde están los condenados según sus inclinaciones pecaminosas y donde se llega al alba, simbolizando así la esperanza; mientras que la entrada en el Paraíso es a mediodía, en la plenitud de la luz, símbolo de la salvación, donde se aloja eternamente a los escogidos según sus virtudes, es el mundo superior, del espíritu, donde se encuentra la morada de Dios; es el conocimiento a la esencia divina.

La obra es la respuesta al problema del mal, del pecado, del desorden moral y político del mundo medieval, y así superpone tres reinos: infierno, purgatorio y paraíso que representan los tres modos de ser de la humanidad, y en esa forma está organizada  en capítulos (Infierno, Purgatorio y Paraíso), cada uno dividido en treinta y tres cantos, que junto con el canto introductorio, suma un total de  cien. El infierno está formado por nueve círculos, el purgatorio por nueve estancias divididas en la antesala, las siete gradas y el paraíso terrenal, y el paraíso está estructurado en nueve esferas y el empíreo. Además todos los cantos están escritos en terza rima (creada por Dante), cuyas estrofas están compuestas por tercetos endecasílabos de rima entrelazada. Además, cada cántico finaliza con la palabra stelle (estrellas) de forma que la simetría es perfecta. Esta organización corresponde al valor simbólico de los números en el imaginario medieval: el número tres, símbolo de la perfección divina y de la Santísima Trinidad; el número cuatro, referido a los cuatro elementos, tierra, aire, agua y fuego; el número siete, símbolo de lo cabal, completo y referido también a los pecados capitales; el número nueve, símbolo de la sabiduría y la búsqueda del sumo bien; el número cien, símbolo de la perfección.

Esta obra fue de tal  impacto, que la gente sencilla de la época creía en la veracidad de la narración y decían del autor, que su cabello ensortijado y barba encrespada eran consecuencia del fuego del infierno a donde había ido para traer noticias. Fue motivo de ilustraciones por parte de varios artistas como Signorelli, Botticelli, Baldini, Orcagna, Doré y otros, además de esculturas de Rodin y una pieza musical de Liszt. Así, esta obra clásica de la literatura nos lleva a reflexionar sobre el sentido dado a nuestras vidas o cuánto control tenemos sobre nuestro propio destino, crea un sentido más profundo y real de la vida y se convierte en energía para la búsqueda del bien, sobre todo en los tiempos que vivimos de tantas incertidumbres y en momento de pandemia, cuando nuestras prioridades y sistemas de valores personales deben ser reevaluados y nuestras interacciones sociales, reconfiguradas.

 Fuente: Alighieri, D. (2001). La divina Comedia. España: Edicomunicación S.A.

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