Editorial Hormiguero

La enigmática Mona Lisa

Aunque tiene más de 480 años, aún la envuelve el misterio de muchas preguntas sin respuestas, pues la incertidumbre la ha rodeado desde el comienzo. El cuadro no lleva ni firma ni fecha. No se sabe nada de un encargo, no hay constancia de pago ni hay alusiones a la obra en la muy abundante correspondencia italiana de comienzos del siglo XVI. La mayoría de los peritos piensan que Da Vinci empezó el cuadro en 1503 y lo llevó consigo durante muchos años, obsesionado por el. Pero, ¿quién fue la modelo? Al parecer, Leonardo emprendió el retrato de la mujer de Francesco del Giocondo, Lisa. Mona era la forma abreviada de madonna, y el apellido de su esposo es la razón de que la obra sea conocida en francés e italiano como La Joconde y la Gioconda, respectivamente. Se dice que Da Vinci trabajó en la pintura durante cuatro años y luego la dejó inconclusa. Sin embargo, Lisa del Giocondo habría tenido 24 años cuando Leonardo comenzó el retrato y muchos observadores creen que la mujer del cuadro tiene cerca de 40 años. Por otra parte, la obra que se exhibe en Paris está completa hasta el último detalle.

Otras teorías indican que Da Vinci pintara tres o más versiones de la Mona Lisa; que tal vez pintó retratos similares de dos modelos distintas; que la obra no es un retrato, sino un compuesto de varias damas a las que idealizó Leonardo; que el cuadro es el retrato de una célebre cortesana de Nápoles que estaba encinta. En todo caso, existe al menos una docena de excelentes réplicas de la pintura. Varios poseedores de estas copias aseveraron en distintos momentos que la suya era la original. En 1955, el comisario Guy Isnard, máxima autoridad francesa de la época en cuadros falsificados, ayudó a organizar una exposición internacional de “Las falsificaciones en el arte y en la historia”, en París. Su equipo consiguió al menos doce buenas copias de la Mona Lisa. Es difícil ver alguna luz en el fárrago de afirmaciones y refutaciones respecto a quién posee la auténtica. Existen facsímiles de ella en colecciones privadas, museos  y bóvedas de bancos en todo el mundo, sin embargo, hay tres versiones de la obra que merecen mención especial.

  1. La Mona Lisa de Hekking, adquirida en una tienda de antigüedades por un holandés tratante de objetos de arte en 1954, la cual se encuentra en un banco al sur de Francia. Esta tiene un trasfondo muy sumariamente pintado (contra la costumbre de Leonardo) lo que podría indicar que la misma fue pintada por algún discípulo suyo.
  2. La Gioconda de Pulitzer, conocida también como “La versión de Isleworth”, se encuentra en Inglaterra y es considerada por muchos más hermosa que la del Louvre y muestra a una Mona Lisa más joven y graciosa, pero con un fondo que parece obra de un aficionado.
  3. La Mona Lisa de Vernon, se encuentra en un banco en Nueva Jersey. También muestra a una Lisa más joven y vibrante y tiene un fondo tan detallado y perfecto como cualquier obra de Leonardo y además presenta dos columnas a cada lado (de las que se sabe fueron suprimidas de la Mona Lisa del Louvre). Por tanto, esta versión cuenta con más credibilidad como retrato anterior  de la mujer de mayor edad que se muestra en Paris.

Resumen extraído de Reit, S. (1981). “El día que robaron la Mona Lisa”. Summit Books. New York.

Autora: Thamar Ortigoza

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