Editorial Hormiguero

Fobias y discriminación

Una fobia es el miedo a situaciones que, aunque no son peligrosas, representan momentos de angustia y terror, llegando a incidir en algunas funciones fisiológicas del afectado como aceleración del pulso, sudor, enmudecimiento o tartamudeo, vómitos, y descontrol de esfínteres, entre otras. Surgen en diferentes etapas de la vida, por situaciones estresantes, por emulación del entorno, o como reacción de autoprotección.

La discriminación, por su parte, es el trato desigual, injustificado y arbitrario a las personas y otros seres, bien sea en forma individual o grupal, es decir, un trato que no responda a criterios de razonabilidad. En el caso de salud, es el estigma dado por la asociación negativa entre una persona o un grupo de personas que comparten ciertas características y una enfermedad específica. Pueden ser originada por fobias, desconocimiento, o prejuicios, entre otras razones.

En nuestros tiempos llenos de incertidumbre se ha modificado la forma cómo se relacionan los humanos, la forma de comprender sus interrelaciones, y se ha motorizado una sociedad cada vez más compleja. En esta forma de relación la pertenencia a una determinada clase social deja de ser el rasgo más identificador, y en su lugar se ubican otros aspectos menos conocidos, surgen nuevas fobias y en consecuencia, mayores discriminaciones, algunas no tan comunes.

Es así que el egocentrismo humano hace que cada día sea mayor el rechazo a las personas con discapacidad tanto física como mental (capacitismo, mentalismo o cuerdismo) y hacia las personas mayores (edadismo). Esto, a pesar de la lucha que se lleva a cabo para su reducción y que está demostrado que estas personas mantienen muchas de sus facultades, tienen otras capacidades, así como un gran potencial si se sabe aprovechar. Además, el ser humano al creerse superior a los demás, incurre en la discriminación a otras especies animales, olvidando que el mismo pertenece al reino animal (especismo).

Es natural, hasta cierto punto, el temor a las enfermedades, pero sin duda alguna con la aparición del Covid-19 no solo ha aumentado este miedo, sino que en ocasiones se ha llegado a comportamientos obsesivos y discriminatorios para con el que tosa o estornude. Además, ante esta nueva enfermedad y los esfuerzos por controlarlas, está el debate de la eficiencia de los medicamentos elaborados para tal fin, surgiendo nuevos temores como la nosofobia, patofobia o neofarmacofobia (a las vacunas que se han elaborado buscando solución al problema).

Por lo tanto, cuando una persona siente miedo extremo debe buscar ayuda para evitar que se derive en discriminación y/o en fobia, con sus correspondientes consecuencias personales y sociales. Para ello, hay que relajarse, distraerse, investigar, estudiar, aprender, compartir y denunciar las discriminaciones, y aceptar al otro con sus particularidades.

Autor: Thamar Ortigoza

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