José Gregorio Hernández es un personaje muy querido por la población venezolana, cuya popularidad se ha extendido fuera de nuestras fronteras y que será beatificado este 30 de abril de 2021. Pero más allá del santo existía un ser humano único y fuera de serie que enorgullece el gentilicio venezolano y que vale la pena conocer. A continuación, te comentaremos algunos aspectos de su vida que tal vez no sabías:
- Nació en Isnotú, estado Trujillo, un 26 de octubre de 1864.
- Hablaba inglés, alemán, francés, italiano, portugués, dominaba el latín; y poseía profundos conocimientos de Filosofía y Teología.
- Le gustaba asistir a las retretas de los domingos que se efectuaban en la plaza Bolívar, reunirse con sus amigos, tocar el piano y cantar.
- En algunas de sus cartas preguntaba por amigas, refiriéndose a alguna como “su punto débil” y se dice que pretendió a una dama, pero no fue correspondido. Otros biógrafos señalan que no se casó por ocuparse de sus hermanos y su madrastra al morir su padre.
- Le gustaba tomar agua miel y comer hallacas en navidad.
- Sabía elaborar trajes, los cuales hizo para sí mismo en varias ocasiones.
- Fue uno de los primeros en alistarse en las milicias de la parroquia Altagracia en 1902, durante el bloqueo naval de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania contra Venezuela.
- Se graduó con honores en su carrera de Medicina en la Universidad Central de Venezuela el 29 de junio de 1888. Presentó su tesis sobre la doctrina de Laennec y la Fiebre Tifoidea en Caracas.
- Al graduarse, el Rector de la UCV le ofrece ayuda para instalar un consultorio en Caracas, pero él prefiere ir a su pueblo natal a ejercer la medicina. Durante casi 7 meses realizó varias giras por localidades aledañas, quedando impactado por el contraste de las condiciones de vida de los habitantes del interior del país y los de la capital.
- El 30 de julio de 1889, recibió una carta de su Maestro, el Dr. Calixto González, donde decía que lo había recomendado al Presidente de la República Dr. Juan Pablo Rojas Paúl para que fuera a París a estudiar Microscopía, Bacteriología, Histología y Fisiología Experimental; José Gregorio acepta la propuesta.
- Luego viaja a Berlín donde estudia Anatomía e Histología Patológica.
- Al regresar en 1891 funda el Instituto de Medicina Experimental, el Laboratorio del Hospital Vargas y varias cátedras de Medicina, entre ellas Histología Normal y Patológica; Fisiología Experimental y Bacteriología.
- Perfecciona el uso del microscopio de forma científica en el país.
- Era conocido por atender gratis a pacientes de bajos recursos.
- En 1904 ingresa como Individuo de Número a la Academia Nacional de Medicina como uno de sus Fundadores, Sillón XXVIII.
- Dictó unos 32 cursos, en asignaturas de su competencia, con unos 694 estudiantes; era un profesor exigente y puntual, pero tenía la capacidad de explicar los temas más complicados de forma sencilla; asimismo siempre tenía una respuesta inteligente y sarcástica ante comentarios fuera de lugar que eventualmente hicieran sus estudiantes, de los cuales se ganó su respeto, admiración y aprecio.
- Fue autor de varios libros de las más diversas temáticas, Religión, Arte, Medicina, Bacteriología; uno de los más reconocidos fue: Elementos de Filosofía, el cual se agotó en menos de 4 meses y se reeditó. Otro destacado fue Elementos de Bacteriología, publicado en 1896.
- Fue pionero en enseñar la toma de la tensión arterial en el país.
- En 1918 presenta su último trabajo en la Academia Nacional de Medicina, sobre el tratamiento de la tuberculosis pulmonar con aceite de Chaulmugra.
- Murió un 29 de junio de 1919 en la pastora, luego de ser arrollado por uno de los pocos autos que existía en la ciudad de Caracas.
- Su muerte generó tanta consternación que los comercios de la ciudad capital no abrieron en señal de duelo y la multitud tomó las calles.
José Gregorio Hernández más allá de ser santo también fue un Científico, Médico, Profesor, pero además un ser interesante por sus inquietudes humanas e intelectuales, que aportó mucho a la sociedad de la época que le tocó vivir, hoy por hoy sigue siendo amado, admirado y ejemplo de vida.
Autora: Claudia Morales
Felicitaciones a Editorial Hormiguero, y especialmente a la autora Claudia Morales. Es como si me hubiesen “leído” la mente, en el sentido que quería conocer más del Dr J G Hernández.
Una manera muy amena de informarnos sobre ese gran venezolano. Pienso si existiesen (no sé si existe) El premio nobel de la Paz, post morten, seguro él lo ganaría. Gracias
Honestamente, solo sabía de José Gregorio lo que la mala praxis religiosa dejaba ver en vitelitas y afiches. Gran devoción tenía mi madre por quien desde mi niñez ya escuchaba que lo denominaba ” San Gregorio”. Por este gran recuento me doy cuenta de que no es solamente un santo a partir de la fe, sino un santo por su esmero en cristalizar la ayuda para los más necesitados, con quienes había tenido ya la oportunidad de sensibilizarse en medio de su tristeza, su abandono y la desesperanza… La base espiritual con que se teje la virtud del revolucionario. ¡Ya entiendo la fe de mi madre en él!
Excelente artículo: José Gregorio Hernández ejemplo y orgullo de lo que debe ser un verdadero Venezolano y ser humano.